A destacar: motor, prestaciones, fiabilidad
A mejorar: seguridad, suspensiones, equipamiento, ajustes, ergonomía
Un coche muy popular en su época. La alternativa al Golf GTI. Un modelo muy robusto en su concepción y en imagen.
Sin duda el punto fuerte era el motor. Muy elástico, estiraba sin descanso y el empuje era óptimo desde bajas vueltas. El poco peso del conjunto -1000 kgs.- hacía el resto. No consumía demasiado aún dándole zapatilla, unos 10-11 l. en mixto. El consumo de aceite era elevado.
La caja de cambios tenía unos recorridos algo largos y no era demasiado precisa, desentonaba con el planteamiento del coche.
Las suspensiones eran secas, muy incómodas para viaje largo y aguantables en trayectos cortos. A eso se le unían los durísimos asientos delanteros, cuya sujeción -sobretodo lateral- era muy buena. A pesar de esto, globalmente era un coche incómodo.
El interior era de lo peor. Los materiales eran pasables, pero los ajustes muy malos. Con 70.000 kms. se oían al unísono: la guantera, la radio (extraible), el respaldo del asiento y la bandeja del maletero.
El maletero era justo, pero la boca de carga grande. Los asientos traseros no eran abatibles.
El espacio delante era correcto y detrás insuficiente para adultos, correcto para niños o personas de 1,20.
El equipamiento de serie era inexistente: no tenía nada, ni elevalunas, ni cierre, ni aire acondicionado, ni airbags, ni radio, ni ABS.
A tenor de lo anterior, la seguridad era deficiente, puesto que a todo lo dicho se le juntaba que los frenos traseros eran de tambor. Defecto éste muy extendido en Opel hasta hace muy poco.
En resumen un coche para el que busca motor y ciertas sensaciones 'deportivas'. Hoy en día es imposible encontrar uno en buen estado. Fue un buen coche en su momento, nada más. Los costes de mantenimiento del Opel Kadett GSI 2.0 130 cv. 3p. son normales
Seguridad: 10
Equipamiento: 10
Fiabilidad: 70
Conducción: 70
Confort: 10
Diseño: 50