A destacar: Comodidad. Los asientos eran tremendamente cómodos, no eran ergonómicos ni anatómicos, eran como el sillón de casa, balditos y muy cómodos. El diseño en su momento fue uno de los más innovadores. Bajísimo consumo.
A mejorar: La potencia, no me atrevía a realizar ningún adelantamiento por su escasa potencia. A partir de 100km/h todo el coche empezaba a sufrir un ligero traqueteo que se convertía en temblor al llegar a los 120-130.
Se rompió el cambio de marchas un mes después de comprar el coche. Supongo que estaría tocado ya que yo no hice nada para que pasara. Los costes de mantenimiento del Ford Escort 1.3 son muy bajos
Seguridad: 50
Equipamiento: 50
Fiabilidad: 45
Conducción: 52
Confort: 86
Diseño: 60